El iceberg de las heridas ignoradas en nuestro interior.

 Hola y bienvenido al nuevo tema que comenzaré a tratar de ahora en adelante en mi blog. 

Luego de estar un tiempo aislada de mi inspiración y pensando, ¿cuáles temas podía transmitir al público?, hoy he decidido hablar de uno de los dolores más grandes que he experimentado hasta ahora, perderme a mí misma por amor, perderme y creer que merecía tanto dolor por « amor ». Perder lo que nunca creería que perdería o se iría y en la manera en la que lo perdí. Ver como tampoco la otra parte fue realmente feliz y descubrir que, aunque no parezca, el dolor se caminó porque se volvió decisión. 

A diferencia de los análisis, opiniones y sugerencias que puedes encontrar en los temas anteriores, éste está caminando junto a mí todos los días, está latente en mi interior. No lo he logrado canalizar y transformar, como pude mostrarte en mi contenido que hasta ahora había compartido contigo. Un contenido profundo, con vivencias, imaginación y aprendizaje. Donde el recuerdo de lo que fue, marcaba en mí un antes y un después. Temas ya tratados y pensados, donde tuve la gran idea de escribir y decidí publicar para que te sintieras cómodo/a y tranquilo/a sabiendo que existen personas, más de lo que crees, que pueden entenderte y saber de lo que hablas, de lo que quema o te ardió en una oportunidad. Ese es el objetivo de mi blog y de los temas que lo conforman. Ser la voz de mi dolor o de tu dolor, del aprendizaje y de las vivencias plasmadas en poemas. 

"El iceberg de las heridas ignoradas en nuestro interior", hace referencia a lo oscuro, a lo que llevamos con nosotros sin despedirnos y sin soltar. Esas heridas mal curadas que luego repercuten en nosotros como una bala fría inesperada. Heridas que, causadas o no por nosotros mismos, llevamos y tratamos de ignorar para poder seguir. Evitando que nos persigan, pero al final terminamos alcanzados por ellas y debemos sí o sí cerrar capítulos y centrarnos en sanar desde el punto inicial, desde la raíz. 

Soy una víctima de eso y ahora con conciencia, puedo decir que llegué a los extremos más negativos por saltar de un capítulo a otro sin siquiera pensar en lo que mi cuerpo y mente me pedían. Para « demostrar » que podía superar todo mi dolor en un abrir y cerrar de ojos o solo para poder decir que «dejé» el pasado, pero nunca fue así. 

Vi este tema muy interesante para tratar, sobre todo en el momento más profundo y vulnerable de mi sanación, detenida en el punto donde comenzó todo. Y tú, ¿te atreves a indagar en los icebergs de tus heridas? 


Nos vemos el próximo domingo con el primer poema del grupo: "La herida". 

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